miércoles, 14 de marzo de 2018

El plan del PJ para derrumbar el relato macrista y volver en 2019

El peronismo prepara su estrategia soñando con su vuelta al poder. Para después del Mundial de fútbol, el objetivo es posicionar al menos a dos candidatos. Y después ver quien es el que mide más. O en todo caso, que la cuestión se dirima en una interna partidaria. Las primeras puntadas se están dando desde un amplio acuerdo parlamentario, que incluye el armado de un equipo de economistas notables, con el aporte de la experiencia del ex ministro Roberto Lavagna. La idea es marcarle la cancha al gobierno en su órgano más sensible: la economía. La mayoría de los especialistas sostienen que contrariamente a la esperanza que pregona Macri, lo peor no pasó y se viene otra ola de ajuste. Creen que la gente hizo un clic y tienen en claro que está frente a un gobierno, que mira a la realidad con un solo ojo y no encuentra la luz al final del túnel. El momento es ideal, ya que imagen negativa de Mauricio Macri, según informes recientes, trepó al 66,7%.




Perón solía decir que "los partidos políticos mueren, porque los pescados y las instituciones se descomponen primero por la cabeza. El día en que nos descompusiéramos nosotros, no tardaría mucho en descomponerse todo el Movimiento, disolverse y dispersarse”. Tal vez apoyados en una de esas verdades de su conductor histórico, el peronismo entendió que en esta nueva era no se trata de amontonar, sino de construir un gran frente opositor, sumando calidad dirigencial y propuestas concretas para el bienestar general. Aseguran que no queda otro camino que arremeter frente al derrumbe del relato macrista. Por esta razón, tomaron nota que es el momento justo para entrar a la cancha como verdadera oposición y hundir el bisturí en el órgano más débil de Cambiemos: la economía. 
El Gobierno, aunque agite nubes de humo sobre un escenario que se le torna adverso y quiera correr por izquierda al peronismo, colocando en el centro del debate la despenalización del aborto y las reivindicaciones laborales hacia la mujer, no puede aún recomponer su caída. La trepada de la imagen negativa del Presidente es del 66,7%, según la consultora Tendencias. Para mucha gente lo peor no pasó, circunstancia que Macri debería tener en cuenta para no subir tanto la vara. El Presidente vende una idea de optimismo enorme que la realidad no muestra ni por asomo en los bolsillos. Por ejemplo, la inflación está comenzando a provocar síntomas de implosión social, algo que en los últimos años no sucedía. Es decir, familias que cada vez se sobrendeudan para poder llegar a fin de mes. 
 
POR LA RUTA DE LA UNIDAD
 
El peronismo cree que Gobierno está mirando la realidad con un solo ojo y que  todos los caminos conducen hacia un proceso permanente de ajuste. Frente a este cuadro de situación, la mayoría de los dirigentes observan que la sociedad está haciendo un clic y asumiendo que Macri gobierna para los más ricos, aunque disimule pelearse con los empresarios por consejo de su asesor Durán Barba.
Por eso hoy, a menos de 20 meses de la elección presidencial, la ruta de la unidad como único recurso para recuperar el gobierno en el 2019 es lo que alienta a los cerebros de la movida peronista, a la que llaman el "Plan Retorno". Tiene que ver con armar una base sólida de candidatos para después del Mundial y decidir luego por el que más mida. O que en todo caso, la cuestión se dirima en el marco de una interna partidaria. 
Todo está por verse, pero ya hay consenso para dibujar los primeros palotes y bajarle la cotización a la esperanza amarilla que alientan desde Balcarce 50 y que hoy aparece herida en un ala. El impacto negativo de la reforma jubilatoria, con su secuela de violencia en la Plaza de los dos Congresos, y el bajón social que produjeron los tarifazos en el primer bimestre del año abrieron una profunda herida en la Casa Rosada, que no hizo otra cosa que darle caldo de cultivo a la oposición que andaba pidiendo ayuda por los rincones.
En las últimas horas, fue motivo de comentario el sincericidio del jefe de bloque del PRO en Diputados, Nicolás Massot, quien creyendo que había terminado una entrevista televisiva y ya no estaba en el aire, reconoció que el gobierno de Cambiemos se puede quedar “6 o 10 años, pero después va a venir el Partido Justicialista reciclado.Espero que el peronismo pueda terminar esto que empezamos. No tengas dudas que van a volver”, aseguró el diputado oficialista durante una entrevista al canal América. Entre risas, el periodista Antonio Laje le dijo: “Tus socios radicales van a estar fascinados con esto”. Y Massot, relajado y con tono de burla, respondió: “Pero los radicales están gobernando”. Segundos después, se enteró de que estaban al aire y de inmediato se le transformó la cara.
 
UN GABINETE ECONOMICO DE ALTA GAMA
 
Lo que la mayoría de los integrantes del peronismo dialoguista reconocen, es que debe motorizarse una estrategia mucho más opositora para incomodar a la Casa Rosada, mientras se acuerda  a nivel partidario un candidato presidencial. Para oxigenar el partido, admiten que la opción del sector estará inevitablemente entre Urtubey y Massa. Y que podrían ser parte de una gran interna peronista sólo si Cristina elude la tentación de competir otra vez con el macrismo. Entre los kirchneristas se barajan los nombres de Axel Kicillof y de Agustín Rossi para reemplazar a la ex presidenta, que presenta un futuro muy comprometido frente a las inclemencias de los vientos de Comodoro Py. Pero nadie cree seriamente que CFK se aparte del todo de la jugada. 
En la vereda del peronismo moderado, Juan Manuel Urtubey, Miguel Pichetto en el Senado y Diego Bossio entre los diputados, vienen ejecutando algunos movimientos para recobrar la identidad opositora que la cercanía con el macrismo les impedía poner sobre la mesa.
Algunos dirigentes del ala "dialoguista"  del Congreso, comenzaron a dar los primeros pasos para conformar un equipo de técnicos de primera línea en materia económica, que saldrá a confrontar fuerte con las decisiones de la Casa Rosada. Miguel Peirano, Diego Bossio, Marco Lavagna, Daniel Arroyo y Osvaldo Giordano, son algunos de los nombres que coordina el senador Miguel Pichetto, en diálogo permanente con Sergio Massa y los gobernadores peronistas, que lo eligieron para ese rol con el aval del tigrense.
Se trata de una suerte de gabinete económico "paralelo" y de elite que ya alquiló oficinas cerca del Senado y planean organizar un acto de presentación en el que Pichetto espera contar con Massa y los gobernadores, pero además sumar una figura central como la del ex ministro Roberto Lavagna. 
El objetivo es empezar a posicionarse como un equipo capaz de hacerle frente a la crisis. Creen que el peso de Lavagna colaboraría en transmitir una serie de garantías importantes en un momento de incertidumbre económica como el actual.
 
UN DIAGNOSTICO QUE ERIZA LA PIEL
 
Los peronistas sostienen que la realidad socioeconómica terminará por derrumbar lo que ya denominan "el relato macrista". "Mientras Macri y su gente hablan del aborto, de la obesidad infantil o de la paridad de sueldos entre hombres y mujeres, desde la otra vereda el diagnóstico sobre la coyuntura es lapidario: observan que si bien la economía evidencia un leve crecimiento, está concentrado en muy pocos sectores y no llega a la gente. "El deterioro social sigue profundizándose y no hay una perspectiva clara de recuperación", sintetiza Marco Lavagna, diputado y referente económico de Massa.
Quienes están bajo el mismo paraguas, reconocen que se trata del primer paso de una operación política de mayor envergadura. La idea es instalar un candidato presidencial de un peronismo de centro que le compita de igual igual a Cambiemos en el 2019. 
Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey, Florencio Randazzo, Juan Schiaretti y José Manuel De la Sota, son los nombres que por estas horas están  dando vueltas en ese círculo como potenciales presidenciables. "Se puede definir por el que más mida o por una primaria", reveló uno de los hombres clave del espacio. Para después del Mundial de Rusia quieren al menos tener rodando a dos figuras.
El diálogo de Pichetto en el Congreso incluye al grupo de diputados de Diego Bossio y el salteño Pablo Kosiner, ambos muy activos en este armado. El equipo técnico lo integran un grupo generacional de economistas cercanos al peronismo de alrededor de cuarenta años.
Entre otros, el massista Marco Lavagna; Roberto Arias coordinador de los equipos económicos de Gestar; Eduardo Setti en su momento cercano al kirchnerismo; Pablo Paladino; el ex AFIP Guillermo Mitchell, hoy asesor de Pichetto y German Cervantes, del equipo de Bossio.
 
LA IDEA DE DOS BLOQUES PARLAMENTARIOS 
 
Massa, Pichetto y Bossio acordaron armar dos bloques fuertes, tanto en Diputados como en Senadores, para contener los embates del oficialismo. Macri le prometió en el cónclave de Chapadmalal a su equipo que la economía arrancará en octubre, en un diagnóstico que no comparte el peronismo, que sostiene que el modelo esta mal planteado y no habrá shock de inversiones.
Urtubey ya se había adelantado a criticar a Macri por haber recibido al policía Luis Chocobar en la Casa Rosada e interferir con el Poder Judicial. Hay otros gobernadores peronistas que ya se despegaron discretamente de la movida oficial para cobrarle la atención sanitaria y educativa a los extranjeros. Pichetto les ha dicho a sus legisladores que el mega decreto para desburocratización del Estado no pasará por el Senado si no hay cambios. Y Massa irá en la misma dirección en la Cámara de Diputados. Al Gobierno le costará conseguir los votos del peronismo aliado en el Congreso como lo hizo el año pasado.
Mientras tanto desde el PJ nacional también se empezaron a dar pasos importantes para sumar fortaleza. “La unidad no puede ser un sueño, porque si nos dormimos nos pasan por arriba, las puertas de los locales del justicialismo tienen que estar abiertas para todos”, señaló José Luis Gioja, mostrando el eje sobre el que camina el peronismo en la actualidad. La idea es volver a forjar un partido de poder "que derrote en las urnas al neoliberalismo macrista", sostienen. En la sede del Partido Justicialista la semana pasada se reunieron dirigentes de distintos sectores como Unidad Ciudadana, el Frente Renovador y el Movimiento Evita para debatir en el ciclo Consensos para un Nuevo Proyecto Nacional.
“Nosotros estamos convencidos de aquello de que primero está la patria después el movimiento y por último los hombres. Para los funcionarios de este gobierno es al revés: primero yo, después mi familia, luego mis amigos y al final la patria”, bramó el sanjuanino. La sala Juan Carlos “Chueco” Mazzón en la histórica sede de Matheu 130 se llenó de dirigentes y militantes peronistas atraídos por el debate que atraviesa al justicialismo después de derrotas históricas en bastiones como la provincia de Buenos Aires frente a la derecha organizada partidariamente.
 
UN GRAN FRENTE EN LA MIRA
 
El debate que abrió la pérdida de la presidencia y la gobernación bonaerense en 2015 y que profundizó la evidente dispersión del peronismo en las legislativas de octubre pasado, fueron los temas dominantes que  sacudieron las diferencias internas entre los distintos grupos que ya tienen al 2019 entre ceja y ceja. Con la mesa “Encuentro por la unidad, desafíos en el fortalecimiento del campo popular” que se realizó en la Universidad Metropolitana del Trabajo días atrás se inauguró también la búsqueda a través del debate de la unidad del peronismo –sin descartar los partidos progresistas– para conformar un frente nacional que permita un reposicionamiento en la escena electoral.
Sentados en la mesa del escenario estaban el dirigente de Sadop, Horacio Ghilini, que tuvo el rol de moderador de la mesa, el presidente del PJ porteño, Víctor Santa María, Gioja, la legisladora porteña María Rosa Muiños, el ex ministro de Salud Ginés González García, el ex embajador ante el Vaticano Eduardo Valdés y el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis. También se sumaron el dirigente del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro y el jefe de la bancada del Frente para la Victoria-PJ, Agustín Rossi. “Los peronistas tenemos la necesidad de realizar este debate. Hay que entender que el enemigo no está dentro del peronismo, el enemigo es el gobierno nacional que hambrea al pueblo argentino”, aseguró el articulador de la propuesta y secretario de Cultura del PJ, Víctor Santa María. Por su parte, González García apuntó a la necesidad de que “sea el proyecto el que potencie la unidad”, y destacó que necesariamente “debe contener a la clase media”. Además dijo que “construir consenso no es fácil. Hace falta mucho debate y nada de combate”, y dejó una metáfora para ejemplificar la situación del peronismo: “El mejor ejemplo es el de los patos salvajes. En tierra cada uno va por su lado, pero cuando vuelan se ordenan y lo hacen juntos y ordenados”.
En el fondo de los enojos hierve la complejidad de algunas variables económicas que el macrismo no termina de alinear y encima agravó en su guerra con algunos sectores empresarios. El déficit fiscal baja muy lentamente. El endeudamiento externo sube demasiado rápido. Y la inflación está muy lejos de parecerse a la de los países que los funcionarios y los empresarios sueñan. Estos serán los ejes de la nueva estrategia opositora para incomodar a la Casa Rosada y de paso construir una alternativa fuerte y esperanzadora para 2019.

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