martes, 5 de diciembre de 2017

El Gobierno sale a la caza de otros "Pata" Medina y apunta a "Lagarto" Olmedo, de la UOCRA zona Sur

Comentan que es hombre de temer y de armas llevar, tanto o más pesado que el "Pata" Medina. Pertenece también al sindicalismo de la zona Sur y su reinado está teñido por situaciones de violencia extrema y aprietes. Se trata de Juan Olmedo y lo conocen por el apodo del "Lagarto". Es el gremialista que por estas horas está en la mira del Gobierno, en el camino para desterrar lo que Macri llama "las mafias sindicales".




Hay que decir que el curriculum de Olmedo le asegura todas las fichas para ser candidato a las esposas. Se trata de un ex presidiario, pastor evangélico y dirigente de mano dura de la UOCRA de Quilmes, con territorialidad  además en Florencio Varela y Berazategui. Las crónicas policiales dan cuenta que consiguió su hegemonía con métodos similares a los que utilizó "Pata" Medina. Señalan como detalle característico, su pasión, y la de su gente, por las armas de fuego. Ello quedó de manifiesto durante varios enfrentamientos que mantuvo con el sector de Walter "Lobizón" Leguizamón, un viejo colaborador que con el paso del tiempo se transformó en su archienemigo. De esas batallas campales, quedaron numerosos heridos, locales y autos incendiados y algún que otro muerto, aunque la Justicia nunca culpó a Olmedo.
Ahora en proceso de impulsar reformas, el presidente Mauricio Macri reitera en privado casi como una obsesión, la necesidad de avanzar sobre sindicalistas que no respeten la ley. En los pasillos del Ministerio de Trabajo de la Nación, aseguran que "sabemos que hay más dirigentes que operan como el "Pata" Medina. Sucede con muchos, donde todavía percibimos que hay sobrecostos en las obras y licitaciones". Así se expresó uno de los asesores del ministro Jorge Triacca, que tiene trato cotidiano con los gremios. El informante reconoció que también escuchó de boca de Macri su preocupación por estas metodologías oscuras que engordan las billeteras de sindicalistas. 
 
LAS MANCHAS NEGRAS DE LA UOCRA
 
El Gobierno sospecha que los díscolos, los que buscan sus propias formas de recaudación, son una minoría, es decir tres o cuatro, sobre un total de 54 seccionales de la UOCRA. Y entre ellos, ubican a Olmedo. Tras la caída del "Pata" Medina y por efecto cascada, se dieron casi en simultáneo que rodaron las cabezas de los caciques de otras seccionales que estaban bajo sospecha. En esas sedes había también denuncias de extorsiones a empresarios para sumar personal de más a las obras y pagos adicionales. Y hasta en algunos casos se detectaron además problemas por la venta de drogas en las obras.
Las renuncias de los jefes bahienses de la Uocra Humberto Monteros y José Burgos fue el primer coletazo por lo de Medina. Esos dirigentes acumulaban denuncias penales y su modus operandi era similar al del líder platense.
Ahora el Gobierno busca otro golpe de efecto y ha puesto la lupa en la seccional de Lomas de Zamora, que estuvo liderada hasta 2014 por Walter "Lobizón" Leguizamón, quien ganó trascendencia por los enfrentamientos a tiros por el control de obras en el conurbano. Este individuo, que en su momento se sospechó que podría estar oculto en Chacomús, está prófugo desde hace dos años. 
También las sospechas se extienden sobre la seccional de Quilmes, conducida por Juan "Lagarto" Olmedo, un hombre de Sergio Massa que tiene una banca en el Concejo Deliberante de Florencio Varela. El último antecedente de Olmedo fue la agresión que se le imputa sobre concejales kirchneristas en plena sesión, donde también miembros de su patota destruyeron parte del mobiliario, en medio de una batalla campal.
En los pasillos de la gobernación se comenta que después del "Pata" Medina, la gobernadora María Eugenia Vidal buscaría en breve otro golpe de efecto con Juan Olmedo. Este dirigente es sinónimo de poder  a base de aprietes en la zona sur  del conurbano bonaerense. El "Pata" Medina y Olmedo, tienen vidas paralelas y libraron en su momento, una batalla a tiros en la Estación Pereyra. En esa ocasión, el obrador estaba ocupado por personal que respondía a Olmedo. El enfrentamiento, que fue para demostrar quien ejercía el dominio territorial, paralizó por completo las obras.
 
LOS GUARDIANES DEL MIEDO
 
Juan Olmedo es hace varios años secretario general de la seccional Quilmes de la UOCRA, pero también tiene un pié firme con una amplia cosecha de afiliados, en Florencio Varela y Berazategui. Con ese rol, se sumó a las filas del Frente Renovador en 2013, cuando Sergio Massa se abrió del Frente para la Victoria y se posicionó como opositor al kirchnerismo. Su arribo al espacio se sumó al de otros representantes sindicales que acompañaban el proyecto del líder tigrense. Su adhesión no fue simbólica, sino que se anotó en la lista de aspirantes a concejales de Florencio Varela y asumió una banca en diciembre de 2013.
Ese año, en plena campaña electoral, fue señalado por ataques y amenazas a militantes kirchneristas y a referentes de otra corriente interna del massismo. Así fue como “se radicaron en la justicia al menos seis denuncias” que daban cuenta “que las bandas” de la UOCRA recorrían Florencio Varela en camionetas de las que se bajaban cuando veían militantes de otras fuerzas. Los testimonios sostienen que los amenazaban con que los iban “a cagar a trompadas o a tiros”.
Fuentes del Concejo Deliberante de Varela señalaron que  “desde su rol de gremialista, a Olmedo no se le conoce un solo proyecto que favorezca a la clase trabajadora”.
En noviembre de 2016, tras el escándalo en el Concejo, Massa calificó los incidentes como “lamentables” y señaló que estaban “evaluando su expulsión”. Sin embargo, siete meses después, Olmedo volvió a aparecer en una nómina, buscando una banca en la Cámara de Diputados bonaerense por el frente 1País.
 
BATALLA CAMPAL EN LAS CALLES DE VARELA
 
Olmedo siempre fue visto por Gerardo Martínez, el mandamás de la UOCRA nacional, como una piedra en el zapato. En 2008, la conducción nacional del gremio intervino las seccionales de Quilmes y Lomas de Zamora. Fue tras una puja interna por el poder en la delegación lomense que derivó en un enfrentamiento a tiros, en pleno centro de esa ciudad, con un saldo de al menos cuatro heridos. En aquel momento, Olmedo buscaba la reelección en su cargo.
Cuatro años más tarde, en abril de 2012, la dirigencia de ambas seccionales volvería a cruzarse. El enfrentamiento, esta vez fue en la zona céntrica de Florencio Varela, a la que convirtieron en un verdadero infierno. Hubo tiros, heridos, autos y locales quemados. Por esa causa se registraron dos detenciones. Una  fue la de Walter “Lobizón” Leguizamón, secretario adjunto de la seccional de Lomas de la UOCRA, hoy prófugo de la justicia. Este sujeto está sindicado como “autor intelectual” del homicidio de Darío Arévalo, un obrero de la construcción asesinado en marzo de 2014 por una patota vinculada a ese sindicato de la construcción.
Según cuentan en Varela, Leguizamón reportó a " El Lagarto" hasta 2008, cuando abandonó Quilmes y se fue a Lomas de Zamora, donde desplazó a la conducción. Ahí empezaron las diferencias entre los sindicalistas que, además de la UOCRA, están unidos por la religión: ambos son pastores evangélicos. Tras esa disputa, Olmedo abandonó temporalmente la secretaría general y en octubre del mismo año los ejércitos de ambas seccionales volvieron a enfrentarse a los tiros en Varela.
 
COIMAS PARA EL TRABAJO EN NEGRO
 
Sin embargo, en el sur existen fervientes opositores a Olmedo. así lo declaran a viva voz los representantes del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Afines (Sitraic), quienes desde hace tiempo vienen denunciando las irregularidades en la conducción de la UOCRA quilmeña.
"No hay vestigios de lo que fueron los orígenes de la UOCRA. Hoy son rufianes que quieren crecer económicamente a través de la coima", definió Edgardo Mari, delegado coordinador de Sitraic de la delegación de Varela, Quilmes y Berazategui
En septiembre de 2015 denunciaron que ocho de sus afiliados fueron amedrentados por la “patota” de Olmedo. Esa presentación fue radicada en la Fiscalía número 3 de Florencio Varela. En noviembre de 2016, apuntaron contra "El Lagarto" por “amenazas de muerte y lesiones” contra miembros de Sitraic que desarrollaban una campaña de control de las condiciones de trabajo en distintas obras. Esta denuncia fue presentada en la comisaría 2° de Florencio Varela y la fiscalía 2° de Quilmes.
“Hemos detectado que en el 90% de las obras en la zona la gente trabaja en negro por falta de controles”, manifestó Mari. Denunció también que la ilegalidad “es por la connivencia entre la UOCRA local y empresarios, quienes pagarían coimas para que se les permita tener trabajadores no registrados, sin contar con los elementos de seguridad necesarios”. El libro negro de balas, coimas y aprietes en la industria de la construcción, promete nuevos capítulos con destino de rejas para los dirigentes señalados en estas lamentables historias.

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