miércoles, 9 de agosto de 2017

Nadie puede inflar globos para el domingo, frente a un escenario que se despolariza con sorpresas

Al Gobierno le vino como anillo al dedo la detención de Claudio "Mono" Minnicelli, el cuñado del ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido que se encontraba prófugo de la Justicia acusado de los delitos de lavado de activos, en el marco de la causa de la mafia de los contenedores en la Aduana. Hacía un año que lo buscaban y cayó de los acantilados de Chapadmalal, paradójicamente en la última semana hacia las Paso. Para el oficialismo, es una excelente carta para recrear la corrupción K y recordárselo a la ciudadanía que aún está dudosa del voto.



Mientras tanto, en los últimos metros para cruzar el disco y aprovechando el mal paso de la economía, Cristina continúa disfrazada de Heidi, hablándole al bolsillo y haciendo la plancha para no levantar olas. Con las encuestas que la favorecen, la ex presidenta tiene motivos de sobra para sobresaltar al Gobierno. Es su nueva estrategia, los planificadores de la campaña le aconsejaron poner distancia de los tiempos de la verborragia, cuando la cadena nacional diaria empalagaba los oídos de la audiencia y los patios partidarios generaban rechazo en una parte de la ciudadanía. La nueva estrategia, le ha servido a CFK para atraer a buena parte de los electores bonaerenses, sobre todo a los de las zonas más pobres. 
Frente a este cuadro de situación. María Eugenia Vidal, que no figura en las listas, pero que se anota en todas las batallas, incursionando día a día el territorio más hostil a Cambiemos, se mantiene subida a un tanque de guerra para tratar de empujar con su imagen a los candidatos que aún están rengos de popularidad, como es el caso de Esteban Bullrich. 
Pegando desde atrás, pero también doblando el codo, dientes apretados y con la fusta a brazo firme, viene arremetiendo Sergio Massa, a quien  las encuestas están empecinadas en colocarlo tercero. Sin embargo, hay especialistas que intuyen que puede recoger votos decepcionados en las dos orillas y convertirse en la gran sorpresa del domingo. El tigrense es el que más le apunta al alicaído bolsillo de la gente y promete parar el ajuste y el  actual rumbo económico, acompañado de un prestigioso equipo que comanda Roberto Lavagna.
Así, el escenario de cara al domingo se despolariza, ya que entre los tres candidatos coptan casi el 90% de los posibles votos. Finalmente y sin posibilidades ciertas de meterse en la  pelea de fondo, aparece  Florencio Randazzo, que arrancó tarde. El hombre de los trenes y los documentos, se muestra como el pescador más flojo de la laguna. Hoy figura a los premios, pero en leve alza, tratando de quedar lo mejor parado posible para que el almanaque no lo descuelgue de la lucha presidencial en el 2019. Lo cierto es que nada está cerrado, frente al 10% de indecisos, que aún pueden desequilibrar cualquier pronóstico. 
En  el austero menú de las PASO,  no hay nadie que sobresalga con una dosis de fuego sagrado como para sacar una distancia significativa. La elección está a la vuelta de la esquina y las dudas persisten en medio de una ensalada de encuestas.¿A quien creerle de todos, si han fallado no solo en las últimas elecciones nacionales, sino mundialmente?. Una prueba de ello, es que muy pocos daban a Trump ganando en EE.UU y hoy es el presidente del país más poderoso del mundo. 
En  lo que tiene que ver con la disputa por las bancas en la Cámara de Diputados, también se observa gran paridad. Según OPSM, la consultora que comanda Enrique Zuleta Puceiro, Graciela Ocaña, cabeza de lista de Cambiemos, lidera con un 32,4%, seguida por Fernanda Vallejos (Unidad Ciudadana), con el 30,8% y Felipe Solá (1País), con 22,1%. Nicolás del Caño, del FIT; lograría un 4,1%.
En tanto, consultados sobre qué fuerza política votarían, los bonaerenses priorizan a Cambiemos con el 36,5% por sobre Unidad Ciudadana, que logra el 32,1%. El combo Frente Renovador y GEN, las fuerzas de Sergio Massa y Margarita Stolbizer, totaliza 16,3%. El 5,8% elige no contestar y el 9,3% restante se lo dividen las otras fuerzas que competirán el domingo.
Para Analía del Franco, que lidera la empresa que lleva su nombre, "hay mucha gente que recién por estas horas empieza a pensar en quién votar", por lo que sostuvo que “esta última semana es crucial para decidir”.
"Cristina mide unos 35 puntos, en comparación a los 30 que muestra Cambiemos. Tenemos una diferencia de entre 3 y 5%, aunque Bullrich arrancó con 10 puntos de diferencia”, precisó.
Del Franco sostiene que en sus mediciones, Sergio Massa pasó de un 16% a un 22%, mientras que colocó a Florencio Randazzo arrancó con 4, 5 y ahora alcanza el 8%. “Creo que la gente va a ir a votar, pese a que se hizo una campaña que deterioró las PASO y le dio mala prensa generada por el oficialismo”. También la politóloga analizó que “el impacto del resultado el domingo a la noche generará una situación que llevará a barajar y dar de nuevo”.
En este sentido, la consultora D’Alessio IROL-Berenzstein reveló que a menos de una semana de las PASO, todavía hay un tercio del electorado indeciso que no sabe a quien va a votar. El informe detalla que existe un 19% de indecisos parciales y un 10% de totales. La indefinición mayor se ve entre los jóvenes, mientras que del total de indecisos un 58% admitió que recién tomará la decisión en el transcurso de esta semana.
Enrique Zuleta Puceiro también esbozó la hipótesis de “gran empate” entre Cristina y Bullrich". Además sostiene que "en la provincia de Buenos Aires la elección se despolarizó, Sergio Massa creció al 22%, Randazzo bajó al 5%. Sin sumar en votos Cristina tiene 32,7% y Bullrich 32%". Detalló entre otras cosas, que "Cambiemos tiene tendencia a crecer, pero no Bullrich. Es un poco el efecto de esta campaña que se puso al hombro María Eugenia Vidal", dijo.
Finalmente, el analista vaticinó que "Cristina va a estar en el Senado. Tampoco es algo catastrófico para nadie. Ya varias veces alguien le arrebató la elección intermedia a quien gobernaba", apuntó.
En el fragor de la contienda, María Eugenia Vidal es la que más esfuerzo ha desplegado. Ha almorzado más veces con Mirtha Legrand que con sus hijos y se ha paseado por todos los programas de la tele. Tiene una imagen positiva de 64%, cuando la gestión de Macri recibe 53% de apoyos. Cristina ha logrado bajar el rechazo que despertaba, del 60 al 40% y es meritorio, debido
 al cambio de perfil. Cambiemos entiende que, gracias a estos números, su techo electoral es mucho más alto que el del kirchnerismo. La pregunta final es si su campaña necesita un mensaje de esperanza nacional o si hay que dejar que sea la gobernadora la que defienda los trapos en la batalla final. El pronóstico es de final abierto y lo sabremos el domingo por la noche.

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