miércoles, 9 de agosto de 2017

El último tren a las Paso va cargado de bombas y con la tablita de Martínez de Hoz tocando bocina

Falta una semana para las Paso y la ciudadanía aguarda con expectativa en el andén de las ansiedades Es el paso del último tren. Una buena oportunidad para que los periodistas saquemos pasaje para palpar el humor social y nos alejemos por un momento de la ensalada de encuestas. Tal vez en medio de este paisaje de odios, rencores, antagonismos y esperanzas de que la situación mejore, podamos obtener una postal aproximada que nos permita observar en qué estación puede desembarcar el voto.



Visualizar también, a través de esta vía de reflexiones, qué tanto puede empujar el bolsillo en las urnas, para hacer crujir los cimientos del Gobierno.
En este escenario, aparecen sonando las turbinas rugientes de la tele, las radios, los diarios y los portales de internet. A través de los titulares se observan los últimos manotazos de políticos hambrientos de protagonismo. El dramatismo que imponen a la contienda y los golpes bajos que utilizan, son la expresión del cartoneo despiadado por vender una ilusión y dejar al rival de rodillas. Unos pasos más atrás, también pide pista la manipulación de encuestas, una suerte de oscuro garroneo de votos y tentar a los que esperan hasta último momento, para jugar a ganador. 
Todo forma parte del mapa del viaje hacia el próximo domingo 13 de agosto. Entre murmullos, en las tertulias de café y en los comercios, la mayoría de las voces coinciden en que se está mal y que el dinero no alcanza para llegar a fin de mes. Los macristas tienen una visión más esperanzadora y defienden a rajatabla al Presidente apostando al futuro. Del otro lado de la vía, brotan los kirchneristas, que enarbolan las banderas de Cristina, rememorando aquellos tiempos cuando tenían la heladera llena. Los dos extremos, forman parte de una guerra irreconciliable entre Montescos y Capuletos. Son habitantes de una grieta incomprensible, que lamentablemente se encargarán de ensanchar el próximo domingo. La franja del medio, es cada vez más escuálida, pero existe y tal vez sirva para dar vuelta el marcador en el último minuto.
 
EL VOTO BOLSILLO EN LA VIA RAPIDA
 
En este escenario, hay que señalar que una de las debilidades del Gobierno es lo poco que tiene para mostrar en materia económica. Las estadísticas hablan por sí solas del goteo que provoca la aparición de dos nuevos pobres por minuto y cada 73 segundos, otro pasa a formar parte de la indigencia. En este caso, no se le puede achacar toda la culpa al macrismo. Los desaciertos vienen de años, pero los datos de la realidad marcan que se han  agravado con la actual gestión. Lo que se le imputa a Macri, es que no cumplió con la promesa de "pobreza cero" y sumó a dejó otro millón de personas a la buena de Dios. También es para resaltar, la cantidad creciente de gente en situación de calle. Y en materia productiva, hay que decir que cientos de pymes se encuentran al borde del abismo por la ola de importaciones y los tarifazos. En medio de todo ello, está el endeudamiento externo récord, calculado en unos 100 millones de dólares por día, que marca que a fin de año habrá que pagar 15 mil millones de la misma moneda en intereses.Para los politólogo, todas estas cuestiones sensibles, harán que en la cuenta regresiva el voto bolsillo tome impulso y ponga las distancias del caso en la hoy ajustada elección de tres tercios.
 
EL PRONOSTICO LAPIDARIO DE LAVAGNA
 
Los tenues brotes verdes a través de la obra pública que riega nuevos puestos de trabajo, aún no alcanzan frente a la inflación en alza y la creciente timba financiera. De allí se agarran para desparramar las últimas bombas, los protagonistas de la batalla de Buenos Aires. Hacia finales del primer año de gobierno de Mauricio Macri, Roberto Lavagna se animó a formular un pronóstico lapidario sobre la situación económica. “El modelo termina en un colapso”, sentenció el ministro que se puso al hombro la resurrección de la economía tras la crisis de 2001. Pasaron 18 meses desde aquel presagio y ahora, para el asesor estrella del Sergio Massa, la situación no se revirtió. Disparó entonces que la política de Cambiemos “se parece” a la de los ’90 y “tiene características similares a la Tablita” de José Alfredo Martínez de Hoz.
Lavagna insistió con esa comparación, pero donde no todo fueron críticas a la gestión de Macri. También advirtió que “los ocho años del gobierno de Cristina Kirchner terminaron en un fracaso fenomenal”, por lo cual “la economía argentina está desde hace diez años en un tobogán”. Felipe Solá también dejó otra carga explosiva, señalando que "si gana Cambiemos, volvemos al trueque".
Desde la vereda del Gobierno y en un intento por justificar las políticas de flexibilización laboral, hay personajes urticantes que lo único que hacen es embarrar la cancha. Es el  caso del presidente del Banco Nación, que volvió a tener una frase poco feliz hacia los sectores trabajadores. Javier González Fraga, el economista, de origen radical, se manifestó a favor de flexibilizar las conquistas laborales, cuestionó los convenios colectivos de trabajo y trató indirectamente a los trabajadores de vagos, a los que les pagan “más por dormir que por trabajar”. Lo que se dice, una expresión de gorilaje inaudita en plena campaña.
Frente a este cuadro de situación, un estudio realizado por la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) mostró cómo el salario real en dólares se ha caído en un 11% desde la llegada de Cambiemos, siendo la Argentina el país de Sudamérica con mayor retroceso en poder adquisitivo en la moneda norteamericana.
 
EL CONDIMENTO DE UNA ENSALADA DE ENCUESTAS
 
Otro tema que sacude al electorado y lo hace flamear como una bandera en medio de la tempestad, es la ensalada de encuestas. En el búnker de Unidad Ciudadana en La Plata recibieron un sondeo a nivel provincial, que desglosado, pone en esta ciudad a los candidatos de Cambiemos arriba con 32%. Segunda está Cristina, con 30% y el espacio de Massa-Stolbizer con 16%. Según fuentes partidarias, "lo interesante, más allá de que Cristina achica distancias, es que se está dando también un escenario de virtual empate entre Cambiemos y Unidad Ciudadana en Mar del Plata", una de las principales usinas de votos en el mapa bonaerense.
Si de dinamita se trata, también el periodista y escritor Jorge Asís, a quien nadie puede acusar de kirchnerista, aportó lo suyo. Señaló que" la Doctora (como llama a CFK) tiene una encuesta casi secreta, donde puntea con 39,9. La sigue Bullrich, con 26, y tercero aparece Sergio Massa, el que transpira la Franja, con 17,2. Cierran Randazzo, con 3,2; Pitrola, con 2 y Solanas con el escuálido 0,7. De resultar verosímiles los guarismos, transcurre una paliza", disparó el analista. 
Asís también le reveló  a Alejandro Fantino en sus charlas de medianoche en "Animales sueltos", que de la resurrección de Cristina tiene la culpa Macri. El periodista añadió que "el juez Bonadío quiso detenerla en mayo", pero añadió que "el Presidente mandó a su amigo y operador Daniel Angelici,el actual presidente de Boca, a parar la pelota porque prefería a la ex presidenta en campaña polarizando con Cambiemos".
Para Asís, si el Gobierno sufre "una paliza, la primavera amaga con ser tensa e intensa". El periodista focaliza su hipótesis en la ofensiva cegetista que se viene contra el intento de flexibilización laboral y el ajuste que piensa implementar Macri.
 
LA IDEA DE QUE MASSA SEA EL HOMBRE INVISIBLE
 
En el mar de especulaciones todos salen a pescar. En la última semana también se rumoreó que en el tramo final de la campaña, el Gobierno está decidido a hacer lo imposible para borrar del mapa a Sergio Massa. En los pasillos de la gobernación se admite por lo bajo que existe una bajada de línea estricta, de no mencionar al líder del Frente Renovador y operar sobre los medios "amigos" para que se sumen.
Tanto María Eugenia Vidal , el tanque de guerra de la campaña y los cinco primeros mosqueteros Esteban Bullrich, Gladys González, Graciela Ocaña, Toty Flores y Guillermo Montenegro, tienen prohibido mencionarlo durante sus apariciones públicas. Solo es posible hablar de Massa, en casos muy puntuales, situaciones en donde la capacidad de daño hacia el diputado justifique la mención.
La estrategia tiene que ver con que no estaría garantizado el segundo lugar del podio para Bullrich. La encuesta de julio de Management & Fit, disparó que Cristina marcha primera superando los 30 puntos, Esteban Bullrich está con 23 puntos, apenas un punto encima de Massa y siete puntos por debajo de Cristina.
La posibilidad de que Bullrich quede en tercer lugar haría volar en mil pedazos el escenario que en las últimas horas propalaban desde las usinas de campaña de Cambiemos.
Los argumentos son que un Bullrich en segundo lugar detrás de Cristina Kirchner, terminaría impulsando a Cambiemos al primer lugar en octubre, ante un eventual rechazo del electorado a ver a la ex presidenta nuevamente en una posición de proyección para recuperar el poder en el 2019.
Ese esquema podría funcionar con Bullrich en segundo lugar y a no más de tres puntos detrás de Cristina. Pero no resiste un escenario en el que el segundo sea Massa y Cambiemos quede rezagado al tercero.
 
UN FLACO RECURSO DE ULTIMO MOMENTO
 
La situación más temida ahora en el oficialismo, es que la salida del electorado para resistir la posibilidad de que la ex presidenta gane en octubre sea el líder del Frente Renovador. De allí, que la nueva estrategia de Cambiemos es esconder a Massa debajo de la alfombra e intentar levantar a un alicaído Florencio Randazzo. Fuentes del gobierno aseguraron que la idea inicial era que el ex ministro le sacara votos a Cristina. Esa hipótesis se desvaneció. "El Flaco" como lo llaman, al señor de los trenes y los documentos, se estancó en 5/6 puntos y no crece. El problema para Cambiemos es que el voto peronista no cristinista puede terminar yendo hacia Massa como voto útil.
Más allá de la temperatura propia del comicio, otras encuestas que vio el Gobierno empezaron a marcar en los últimos días una tendencia preocupante: el rechazo a Cristina comenzó a bajar lentamente, al tiempo que sube la opinión negativa sobre Macri. De acuerdo con un sondeo al que tuvo acceso la Casa Rosada, el 47 por ciento de los encuestados dice que “nunca” votaría a Cristina si fuera candidata a presidenta - varios puntos por debajo de los niveles de rechazo que tenía al dejar el poder, que se acercaban al 60 por ciento – mientras que el 42 por ciento afirma lo mismo sobre Macri, que lleva menos de dos años de mandato. Del "vamos por todo" del 2011, a las ondas de amor y paz que ofrece hoy, la realidad marca que Cristina se ha reciclado. Odiada o amada, santa o pecadora, está de vuelta y parece haber encontrado el camino para ponerle la piel de gallina al Gobierno.

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