miércoles, 12 de julio de 2017

Detrás del monstruo de Punta Lara, aparecen estadísticas aterradoras

La realidad muestra crudamente que algo hay que hacer y de manera urgente.La Plata asiste a una ola de violencia machista incontrolable que se despertó por el aberrante crimen de la estudiante de medicina en Punta Lara.


Y una prueba de ello es la manifestación de repudio de miles de personas que se concentraron frente a la Facultad de Medicina y marcharon hacia la Gobernación, para pedir justicia por María Emma Córdoba, de 26 años, que el sábado último fue violada y brutalmente asesinada en su casa. El autor del hecho fue  su vecino Ariel Osvaldo Báez, quien se encuentra detenido. Pero más allá del estupor y la indignación que el hecho provoca,  hay que decir que las cifras de violencia de género en la región van peligrosamente en aumento.La Fiscalía Nº 13, especializada en estos casos, recibe 300 denuncias por mes. La mayoría de ellas son por lesiones o amenazas y muchas otras por tentativa de femicidio. Desde que se creó la unidad, en noviembre de 2015, los casos registrados llegaron a 4.300 solo en la Sede Departamental Judicial local. Además, solo en la UFI Nº13 local, 100 causas ya fueron elevadas a juicio, las cuales llevan aproximadamente diez meses en terminar la etapa investigativa. De la cantidad de denuncias, el 10 por ciento corresponden a ciudadanos extranjeros, tanto en el caso de las víctimas, como el de los imputados. Las fuentes consultadas por DIARIO FULL coincidieron en señalar que "la mayoría de los casos son por lesiones o amenazas. Generalmente, se piden detenciones. No obstante, si la denunciante la quiera archivar, si hay elementos igual la seguimos: se la entrevista con un psicólogo y se llama a una audiencia informativa”, señalaron desde la fiscalía.
UN ADICTO AL PACO DE LA VILLA 1-11-14
Hoy Ariel Osvaldo Báez, el detenido por el crimen de Emma, está considerado en Punta Lara como un sujeto muy peligroso. Los vecinos sostienen que con su hermano amenazaron a muchas personas. "Con ellos uno no podía meterse”, añadieron. Otro de los testimonios da cuenta que “a un hombre que vive a la vuelta de donde se produjeron los hechos, Ariel ya le había dicho que le iba a quemar la casa y lo iba a matar. Ahora cumplió: no lo mató a él, pero sí a esta pobre chica”. Otra mujer agregó que " no podemos creer que esto haya pasado en nuestro barrio" y especificó con que "la madre de Báez lo obligó a venir a Punta Lara desde la villa 1-11-14, porque allí estaba perdido por la droga y era adicto al paco”. Además, los pobladores coinciden que nunca lo vieron trabajar. "Lo único que hacía era caminar por el barrio y estar al acecho para robar algo”.
Hoy a Ariel Báez, los vecinos lo llaman "El monstruo de Punta Lara".Tiene 23 años y un bebé de un mes, con quien se acostó a dormir junto a su pareja, después de asesinar a la estudiante de medicina. Llevaba menos de 12 meses viviendo en Punta Lara y, si bien no cuenta hasta el momento con antecedentes penales, todos hablan de su “peligrosidad”, que incluye amenazas a varios vecinos. Son estos los que relatan que “se la pasaba deambulando por las calles observando los movimientos de las casas para robar”, aunque nunca lo aprehendieron. El perfil de Báez deja traslucir una personalidad inestable, la de un  hombre taimado y prepotente. Cuentan que estaba peleado con el ex novio de Emma Córdoba, porque una vez, cuando Báez pateó al perro de la chica, su pareja salió a defender al animal y lo sacó a empellones.
CON  ANIMO DE VENGANZA
Desde ese momento, aseguran, el criminal se quedó con la sangre en el ojo, e incluso preguntó por él antes de matar a Emma: “¿Dónde está tu novio?. Se va a dar cuenta que conmigo no hay que meterse”. El brutal crimen del cual habla la ciudad, comenzó a gestarse el viernes a la noche. Fue en instancias en que Emma esperó a una amiga en la parada del colectivo y juntas caminaron hasta su casa, ubicada en 126 y 5, en medio de la noche oscura de Punta Lara. Allí se cruzaron con Ariel Báez, quien les gritó obscenidades, sin obtener respuesta de las mujeres. Según la fiscal Virginia Bravo, luego de cenar, Emma salió a cerrar el portón. En la puerta la esperaba un hombre armado, quien la amenazó y entró a la casa con la estudiante. Una vez adentro, ató a las dos jóvenes, las violó y las trató de prenderlas fuego con un aerosol y un encendedor. Con el mismo método quiso incendiar toda la casa, pero ocasionó daños parciales y huyó del lugar, dejando a las jóvenes entre cenizas y maderas que cayeron del techo. 
Los bomberos arribaron al lugar –tras el alerta de los vecinos– encontraron muerta a Emma y rescataron a su amiga, cuyos datos personales se mantienen en reserva. La joven, cuyas iniciales son A.L, fue trasladada, de urgencia, al Hospital Cestino de Ensenada. Los médicos forenses que realizaron la autopsia al cuerpo de Emma determinaron que la joven presentaba múltiples heridas, dos de las cuales podrían haber sido la causa de la muerte: un fuerte traumatismo de cráneo y un corte en la zona del cuello.
EL DOLOR SE VOLCO A LAS CALLES 
Por su parte, en el hospital, la joven sobreviviente se contactó con la fiscal Virginia Bravo, le relató los sucesos y aportó el nombre del sospechoso: Ariel Báez. La policía lo detuvo en su casa –pegada a la de Emma– y la fiscal lo imputó por los delitos de “privación ilegal de la libertad, abuso sexual agravado, homicidio doblemente calificado por ensañamiento y por mediar violencia de género y tenencia de estupefacientes para su comercialización”.
En las últimas horas, miles de personas, entre ellas, docentes, alumnos y compañeros de facultad de la joven asesinada, quien cursaba cuarto año, marcharon hasta la Gobernación bonaerense para pedir justicia  y reclamarle al Estado medidas de prevención en materia de violencia machista. La marcha tuvo inicio en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Plata (UNLP) donde Emma y  su amiga A.L. cursaban la carrera. Una bandera con el ancho de una calle y con la frase “Ni Una Menos. Justicia por Emma”, fue la expresión elocuente de la multitud que marcho en silencio por la calle 60  hacia la sede de la gobernación.
La convocatoria, se hizo efectiva por las redes sociales durante el fin de semana. Participaron más de 25 organizaciones universitarias para acompañar a los familiares de la víctima. “Porque no queremos que sea una más en la lista, porque no podemos creer que Emma sea una de esas chicas que cada 26 horas pierden su vida a causa de la violencia, creemos que es necesario reclamar por justicia”, explicaban en la invitación a la protesta.
UN MENSAJE A LOS POLÍTICOS
Emma Córdoba cursaba el cuarto año de medicina. Sus compañeros, visiblemente compungidos señalaron que esta semana, ella y su amiga A.L. iban a presentarse en las mesas de exámenes de mitad de año, aunque Emma no sólo iría para rendir materias, sino que al ser ayudante de cátedra, tenía que presenciar el final de Biología de los alumnos de primero y segundo año. El dolor por el aberrante episodio, inundó las calles de La Plata y a medida que el grueso de los manifestantes avanzaban, las pancartas, y las banderas se multiplicaban. “Somos la voz de las que ya no están”, aseguraba un grupo de mujeres estudiantes de Ciencias Sociales. “Basta de femicidios”, “Hoy por María Emma, mañana por vos”, eran otros de los carteles que aparecieron en la avenida 60. Entre los presentes se encontraban algunos familiares de la joven asesinada. “Es impresionante el apoyo popular que tuvo esta  marcha. Pero es necesario que se signa fortaleciendo estas instancias para provocar un freno a la problemática de género”.
Cuando las agujas del reloj marcaban las 19.30,  la multitud llegó a la Plaza San Martín. Lo primero que se escuchó fue un aplauso general que se extendió por varios minutos. Luego, Josefina Adobbati, presidenta del Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas de UNLP, dio su apoyo a las familias de las dos mujeres atacadas y pidió que las autoridades políticas y académicas “no miren para otro lado”. “Hoy le tocó a Emma. Pero nosotras tenemos miedo porque no sabemos a quién le va a tocar mañana. Y es por esto que decidimos marchar, como mi amiga lo hubiera hecho hoy si otra chica era víctima. Para eso le pedimos a los políticos que se pongan en nuestros zapatos. ¿Cómo van a quitar presupuesto oficial para combatir la violencia de género?”, sostuvo Adobbati. La pregunta quedó retumbando como un desafío frente a la gobernación y la legislatura, desde donde se hace necesario que den respuestas.

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