lunes, 3 de abril de 2017

Macri debuta con su primer paro general y la CGT promete que no volará una pluma

Marzo fue el mes de la conflictividad al palo en las calles. Pero el próximo jueves 6 de abril desde el sector sindical prometen que la inactividad será tal, que "no va a volar una pluma en la Argentina".


Así lo graficó Pablo Micheli, titular de la CTA. Lo hizo durante un acto que congregó a más de cien mil personas en Plaza de Mayo. Frente a estas escaramuzas que brotan de los sectores más duros, a la  CGT no le queda otra salida que poner toda la carne al asador. La idea que maneja el triunvirato gremial por estas horas, es que el país muestre durante la primer huelga general en esta gestión, toda la contundencia de la inactividad, como el silencio de los cementerios. No volarán ni los aviones.
Será el primer paro general para marcarle la cancha al Presidente. Llega después de la presión que metió la multitud en la movilización del 7 de marzo, que culminó con graves incidentes.
"Las masas avanzarán con sus dirigentes a la cabeza o con la cabeza de sus dirigentes", dejó escrito en su rico anecdotario el general Juan Domingo Perón. La frase seguramente alguien se la recordó a la cúpula gremial después del último acto. Allí la multitud pidió a gritos que se le ponga fecha al paro general y repudió airadamente la postergación. La jornada plagada en el final de incidentes planificados, hirió de muerte a la conducción. Fue cuando grupos hostiles coparon inexplicablemente el palco y hasta se dieron el lujo de subastar por internet, como un trofeo de guerra, el atril con las siglas de la central obrera. El triunvirato entendió entonces que los tiempos se habían agotado y había que fijar el día de la protesta nacional lo antes posible, para que no truene el escarmiento. 
Es evidente que el vaso se llenó. Las multitudinarias movilizaciones y los paros de los docentes, además de la demostración de fuerza de la CTA realizada el último jueves, donde Pablo Micheli prometió ante unas cien mil personas, que las marchas seguirán "hasta que caiga este modelo económico",son muestras evidentes de la insatisfacción de los sectores más reaccionarios con las políticas de Estado. 
Esa concentración significó el bautismo del espacio que nuclea a las dos CTA y a los gremios que conformaron el Movimiento de Trabajadores Saúl Ubaldini, que buscaron la unidad gremial para enfrentar al Gobierno. Con ese fin, después del paro general del próximo jueves, emitirán como presentación en sociedad, un documento en el que buscarán poner énfasis en los puntos débiles de la política económica y proponer un plan de lucha para intentar modificar el rumbo que marcan para el país desde la Casa Rosada. 
Todas estas movidas, le ponen el aliento en la nuca al triunvirato cegetista, que se ve rodeado y con el peligro que las bases les terminen pateando las puertas de la sede de la calle Azopardo.
En marzo la conflictividad creció en el país de manera muy marcada, con seis protestas. Hubo dos marchas docentes, el 6 y el 22, la de la CGT el 7 al Ministerio de la Producción, la de las Mujeres el 8, la movilización por el aniversario del Golpe de Estado de 1976, el pasado 24 y finalmente la de la CTA, el jueves pasado. Demasiada gente en la calle en tan poco tiempo.El Gobierno observa con preocupación la fotografía, a tal punto, que Macri aseguró que el aumento de las protestas demora la llegada de inversiones al país.
La CGT sabe que paralizar el país del próximo jueves 6 marcará un antes y un después de la relación con el oficialismo, al que le prodigó 15 meses de luna de miel. No fue gratis.En ese interín, el Presidente les devolvió importante dinero adeudado de las obras sociales. Pero la falta de luz al final del túnel, acotó los tiempos de la billetera llena y la impaciencia ganó terreno, más aún cuando los movimientos de izquierda peligrosamente van copando la calle y los espacios en las fábricas.
Esta vez, la CGT pondrá en juego todo su poder de fuego. Coincidentemente, será en un año electoral donde el peronismo necesita de la mano de un padrino que le enseñe el camino de la resurrección. Perón siempre le atribuyó al movimiento sindical ser la columna vertebral del Movimiento Nacional Justicialista. Lo terminó de ratificar el día que echó a Montoneros de Plata de Mayo. No obstante, la central obrera confía en que el diálogo con la Casa Rosada volverá a reactivarse si la situación social y económica observan mejoras en los próximos meses, algo fundamental con lo que sueña el macrismo para tener alto protagonismo en las elecciones de octubre.
 A Pablo Moyano, hijo de Hugo y actual secretario adjunto del Sindicato de Choferes de Camiones no le caben dudas que el paro general del jueves va a ser contundente. Según dijo, "uno de los más importantes de los últimos años". Apuntó que los sindicatos del transporte público, como trenes, subtes y colectivos, nucleados dentro de la  Confederación Argentina de Tratabajadores del Transporte, van a ser el motor de la huelga, tras haber ratificado la participación en la medida de fuerza. 
La CATT está dentro de la CGT y nuclea a una veintena de sindicatos del transporte terrestre, aéreo, portuario, fluvial y marítimo. Entre ellos están la Fraternidad, Camioneros, FeMPINRA, UTA, Aeronavegantes, Guincheros y Grúas Moviles, SUPEH Flota, Dragado y Balizamiento, UPSALA, UALA. Capitanes y Patrones de Pesca, Señaleros Ferroviarios y Marina Mercante, entre otros.
Según los estudios de algunas consultoras, la paralización del país producirá pérdidas por más de tres mil millones de pesos. Pero además, será la muestra de que en una relación que parecía de convivencia en 15 meses de gobierno, se ha resquebrajado.
Hay promesas incumplidas de por medio. Principalmente fueron los sectores empresarios los que violaron el pacto sellado en la Casa Rosada de no despedir, ni suspender trabajadores.  En la CGT también hubo una fuerte autocrítica de hechos puntuales que no tienen explicación. Uno de ellos es el que los dirigentes se dejaran copar el palco el día de la imponente movilización. Hay quienes sostienen que si hubiera estado Hugo Moyano, eso no ocurría.
Más allá de sentir la presión de las bases, la central obrera llega al paro general después de elaborar un diagnóstico sobre la complicada situación laboral .Se le imputa al Gobierno que el rumbo económico es equivocado. En esa dirección, el dirigente del gremio de Canillitas y actual diputado nacional Omar Plaini, elaboró una lista negra de 92 empresas privadas que no incorpora a las del Estado, ni tampoco a los organismos públicos. Se trata de grandes firmas, desde siderúrgicas, textiles, papeleras, alimenticias, productoras televisivas, automotrices, compañías de transportes, de telefonía, curtiembres, medios de comunicación y electrodomésticos. El dato significativo, es que entre todas acumulan unos 300 mil entre despidos y suspensiones, desde que comenzó el gobierno de Cambiemos. La crisis en la industria lechera pone en riesgo de desaparición alrededor de mil plantas que podrían desaparecer en lo que va del año. Tiene que ver con que durante el 2016, cerraron sus puertas 450 establecimientos lecheros, es decir que cierra un tambo cada 20 horas, tendencia que se viene acentuando este año.
El sondeo, hizo saltar los tapones en la mesa chica de la CGT, despertando airados comentarios tales como:"Este Gobierno está muy equivocado", no sabemos qué país está mirando Macri y su equipo. No creen en el Estado, sino en el mercado". 
Los tres conductores, Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Héctor Daer, entregaron informalmente la lista negra de las empresas a los ministros de Trabajo, Jorge Triaca y de Producción, Francisco Cabrera. El titular de la cartera laboral admitió públicamente que se perdieron el año pasado 120 mil puestos de trabajo y que algunos empresarios desoyeron el pedido oficial de mantener el empleo; aunque desde la visión de esa cartera la situación actual muestra síntomas concretos de recuperación.
Desde Producción, en cambio, justo en medio de las discusiones paritarias docentes más complicadas de los últimos años, salieron a anunciar el fin de la recesión y la recuperación del empleo formal. Fue en Mendoza, en un seminario que agrupó a casi todo el Gabinete. También se subió a los dichos el titular de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien abonó la hipótesis del fin de la recesión. Nada de eso ayudó para aplacar la ira gremial.En el listado de la CGT hay varias empresas que son socias de la Unión Industrial. Por citar una docena de ejemplos sobre las 92: Aluar, Techint, Volkswagen, Ford, Bangho, Cervecería Quilmes, Frigorífico Swift, TN Platex, Johnson y Johnson, BGH, Nextel, Havanna. Curiosamente aunque ambas centrales, la gremial sindical y la gremial empresaria, coinciden en que el Gobierno tiene una política errónea en materia de importaciones, creen que es tal vez el peor momento que vive la nación desde la crisis del 2001.
Dentro de las industrias hay diagnósticos dispares en cuanto a la actividad económica. Algunos sienten el vaso medio lleno como describió el Presidente en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, el pasado primero de marzo. Sin embargo, hay otros que aún no ven la luz al final del túnel. En esta última situación figuran ciertas economías regionales que no logran recuperarse de la pesada herencia de la gestión anterior . Es el caso de los yerbateros y los productores de manzanas y peras. Según el Índice de Precios en Origen (IPOD) de CAME la brecha entre productores agrícola-ganaderos y consumidores es de cinco veces. Las tarjetas de son otra señal de decandencia, ya que vieron derrumbarse el negocio del crédito en el primer mes de la nueva normativa para las compras al contado y en cuotas. En este caso, el Gobierno, volvió a equivocar el rumbo y ahora intenta ensayar otra metodología mas cautivante.
Frente al desconcierto, los dirigentes gremiales advierten que hay demasiados Ceos en el área económica que al venir de empresas privadas no tiran del carro parejo para que mejore la situación de la gente. También hay que decir que la industria no arranca. Al ancla de la frágil economía brasileña, principal socio de la Argentina, se suman un consumo con muy poca nafta, más volúmen de importaciones en algunos sectores sensibles y un cepo a la competitividad que aún no suelta amarras.
Frente a este panorama, Macri tendrá que demostrar que no es solo un aficionado a la política, sino un presidente con todas las letras. Si eso no ocurre, desde el terreno gremial ya advirtieron sus debilidades. Si no hay cambio de rumbo, la protesta podría potenciarse. De ser así, podrían venir tiempos difíciles para la Nación y la gobernabilidad entraría en riesgo.

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