miércoles, 1 de marzo de 2017

Carta abierta al imbécil que amenazó de muerte a la profesora de San Cayetano

Soy bachiller del Colegio San Cayetano . Me siento profundamente dolorido por el momento que le toca vivir a la institución. Estoy eternamente agradecido por la educación que me dieron aquellos abnegados curas y docentes. Siento escozor y enorme repudio frente a las cobardes amenazas de muerte a una profesora. Más aún, en lo que fue durante muchos años mi segunda casa. Un acto infame por donde se lo mire, que vuelve a poner en el centro de la escena a la educación, que evidentemente, en algo está fallando.


No soy juez de nada, pero me gustaría serlo, para castigar como se merece a ese imbécil que no se dio cuenta que con ese procedimiento cuasi mafioso, mancha el prestigio de un colegio que ha sido un ejemplo durante 60 años.Me pregunto qué sentirían hoy los pioneros de la escuela. Los sacerdotes teatinos, Mariano De Oleza, Jorge o Andrés Pascual, que ya no están allí, pero que seguramente se caerían de espaldas ante semejante afrenta. Ellos fueron los que emprendieron el sueño de colocar los primeros ladrillos con sudor, sacrificio y austeridad, para formar a personas de bien, no matones. Soy de las primeras promociones y ví todo el esfuerzo que pusieron los profesores para construir una historia rica en contenidos y afectos. El "Sanca", como lo llamábamos, nos cobijó, nos hizo sonreír y enamorar. Ni por asomo, se nos hubiera ocurrido apretar a un docente. Es más, antes de recibirnos, como un acto de gratitud, nos aliamos en una cruzada solidaria para pintar las instalaciones y dejar al menos una huella de reconocimiento hacia nuestros formadores. ¿Qué fue lo que pasó, para que el comportamiento de ciertos alumnos se haya desbarrancado?.

LAS BALAS DE LA INFAMIA NOS DUELEN A TODOS

Quiero poner una coma, esa puerta giratoria del pensamiento, como decía Julio Cortázar, para señalar que ninguna bala 9 milímetros, como la que le enviaron a una profesora, ayuda a pasar de año. Si vamos a los archivos, el lamentable episodio, tiene graves antecedentes y algunos casos tiñeron de sangre a las aulas.
La educación es la llave maestra que hace grande a un país o lo empobrece. Si la enseñanza del pasado se debilita frente a la del presente, para dejar lugar a prácticas violentas, estamos perdidos. Los jóvenes no pueden festejar como hazaña los actos irracionales y animarse a todo, pisoteando la ley. Una buena parte de nosotros somos hijos y nietos de inmigrantes, aquellos que encontraron la posibilidad de progresar en esta tierra fundamentalmente por ese fabuloso aparato igualador de oportunidades que fue y de alguna manera sigue siendo la educación y que les permitió soñar con  aquella tradicional frase de "mi hijo el doctor".

CUANDO UN EXAMEN ES JUGARSE LA VIDA

Por eso duele ver a la enseñanza como está en muchos lugares de nuestro país, abandonada, con una sociedad que le desconfía y maestros en numerosas casos desesperanzados en rutinas burocráticas que se repiten hasta el infinito. Hay quienes buscan explicaciones ante el clima de zozobra y ponen el acento en la crisis del modelo de secundaria. Claudia Romero, de la Universidad Di Tella, opina que "la amenaza explícita o implícita, la violencia hacia docentes y alumnos, entre adultos y entre chicos, es algo que atraviesa capilarmente la vida escolar, más aún en épocas de exámen donde se juega el año, que para muchos, es jugarse la vida. El caso de la profesora del San Cayetano, hace visible de manera cruda y brutal el clima de tensión imperante en las aulas".
Mariano Narodowski, autor de "Un Mundo sin Adultos, sostiene que hace falta dar más poder a los docentes y que ellos vuelvan a ocupar el lugar del respeto y del saber."Lo que no resuelve la pedagogía en las escuelas difícil que lo resuelva la policía o los jueces", afirma. Los especialistas, en general coinciden en que reconstruir la autoridad perdida va a ser una tarea ardua, para lo cual hará falta una férrea decisión política. Tal vez entonces haya llegado la hora de construir un pacto educativo como una cuestión de Estado.

LA DOCENTE CON EL SOBRE MENOS PENSADO

María Marta Adam (50), la profesora de Físico Química de San Cayetano, desde hace 21 años y con 30 de trayectoria, jamás imaginó que sería protagonista de una película de terror. Cartas amenazantes, graffitis y el envío de un proyectil, se convirtieron en mensajes intimidatorios donde se le exigía a aprobar alumnos en un examen final y si eso no ocurría, le abrirían las puertas del infierno. El derrotero cuasi mafioso, incluía la posibilidad de quemarle la casa. La amenaza la dejaron en un sobre papel madera en el umbral de su casa, con una bala 9 milímetros en su interior.
El alumno responsable del apriete, se supo que en principio contó con la complicidad de otro. Tienen 15 y 17 años y están identificados, al punto que sus viviendas fueron allanadas, donde las autoridades incautaron teléfonos móviles y PCs. El procedimiento fue ordenado por la titular de la Fiscalía Penal Juvenil, Mercedes Catani. instructora en la causa que se encuentra en el juzgado a cargo de María José Lezcano. 
El pibe de 17 años es el principal sospechoso, en tanto el de 15, se presentó  voluntariamente en la comisaría, mostrando arrepentimiento. Fuentes judiciales consultadas por DIARIO FULL revelaron que  se trata de un delito punible, ya que la causa está radicada bajo la figura de " amenazas coactivas agravadas por haber sido anónimas y daño calificado".
Un día antes de la prueba, que finalmente la profesora no tomó, ingresaron al colegio y pintaron una frase con tono de ultimátum:"Acordate Adam. El examen es el 21/2". Las imágenes fueron tomadas por las cámaras del colegio y allí se ve claramente en el video a los autores.
El día del exámen, a Adam, que estaba visiblemente conmovida, se la preservó.Por una cuestión de precaución, la mesa se conformó con otros educadores de la institución. La prueba se realizó normalmente con seis alumnos que debían esa materia del cuarto año de la secundaria. Tres aprobaron, dos desaprobaron y uno estuvo ausente. Los asesores de San Cayetano acompañaron a la profesora a realizar la denuncia en la fiscalía de "autores ignorados". El fiscal pidió los nombres de los estudiantes que se presentaron a la ronda examinadora. Otra  de las instancias judiciales se tramitó ante el fuero de menores. Allí la fiscalía puso el foco sobre un adolescente que faltó a dos pruebas en febrero y había pedido el pase por su bajo rendimiento. 
UN ANTECEDENTE QUE DISPARO LAS ALARMAS
María Marta Adam está abatida y se quiere jubilar. Ya no tiene voluntad para seguir porque no entiende como la vida después de tanta dedicación, la hizo chocar frente a esta pesadilla.El incidente ha puesto al colegio ubicado en 44 entre 29 y 30 en un lugar muy incómodo. Su imagen nunca estuvo en duda y hoy desgraciadamente ocupa el centro de la escena policial. El San Cayetano no está solo. Es parte de una realidad generalizada en casi todas las escuelas.
 
Por lo que pudo saberse, un estudiante le acercó una carta a la profesora de Matemáticas, que debía examinar a adolescentes de otro año del nivel medio. El texto señalaba de manera cruda y terminante: "Tengo mi pistola lista para disparar a unas cuatro personas al azar, el día 15 de febrero cuando esté rindiendo tu materia. Te voy a dejar elegir entre aprobar sí o sí a todos los chicos que rindan matemáticas de cuarto o disfrutar conmigo". La denuncia de los directivos no se hizo esperar y fue radicada en la comisaría cuarta. Según informaron las autoridades, la mesa se constituyó con la presencia de todos los docentes de la materia. De trece alumnos examinados, dos aprobaron, diez reprobaron y cuatro no se presentaron. Días después las amenazas volvieron con mayor virulencia y esta vez la nota fue dejada en el domicilio de Adam, ubicado en las cercanías del colegio.
"Le informo que necesito aprobar física el 21 de febrero sí o sí para no repetir y cuento con usted. Voy a estar listo para todo. Un amigo va a entrar conmigo con el uniforme del colegio prestado y un arma. Cuando yo le de la señal, él te va a disparar, se cambia la ropa y escapa", manifiesta el texto escrito en una hoja tipo A4, en computadora. El párrafo de cierre remata: "Que nadie más se entere, porque las balas me sobran para vos y todos los que vivan en tu casa.Seguí todo al pie de a letra y todo va a salir bien". 

LA JUSTICIA TIENE LA PALABRA

El fiscal Fernando Cartasegna, que actúa en una de las causas pidió el nombre de los alumnos para citar a los padres. Se trata del primer paso procesal. La Justicia tiene la gran oportunidad de sentar precedente para terminar con esta epidemia de violencia y aprietes. Pero también, debemos preguntarnos qué nos pasa como sociedad. Por qué en nuestro país más de mil chicos por día abandonan la secundaria y de 10 que empiezan, solo cuatro la terminan en tiempo y forma.
¿Qué ha sucedido con nuestras escuelas?. Por qué no logran ser un lugar de sentido, de pertenencia o al menos de convivencia, como lo eran antes. Atacar a un profesor, es una puñalada contra la profesión docente, la enseñanza, el saber y el amor a ambos. El alumno de San Cayetano que eligió el peor camino, aún está a tiempo de lavar culpas y graduarse como hombre de bien. Aunque los cobardes nunca dan la cara, su padre debería aconsejarle arrepentirse y pedir perdón públicamente.Sería una manera de reparar parte del daño que ha causado a un colegio y a una profesora ejemplar, que está derrumbada y ya no tiene fuerzas para continuar. No obstante, la Justicia tiene que hacer el resto, para que la pena sea lo suficientemente ejemplar y el camino que se inicie no se lo pueda torcer. Es hora de terminar con la epidemia de violentos, para que nadie más se contagie.

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