lunes, 14 de noviembre de 2016

De terror: Tres médicos son atacados por día en los hospitales públicos de La Plata

"Desde que me tomaron del cuello y me apoyaron un cuchillo, trabajo con miedo. No vale la pena jugarse la vida. La escasez de insumos es notoria, además de los bajos sueldos que pagan". Así lo resumió crudamente un médico que trabaja en una unidad de salud de la periferia platense. Los testimonios se multiplican y coinciden en que los hospitales públicos se han convertido en "una película de terror".


La Plata esconde parte de este drama. Basta con señalar que tres profesionales son agredidos cada día, como para que se enciendan todas las alarmas, marcando la necesidad de crear cuanto antes una Policía Sanitaria.De los ataques, solo uno es denunciado formalmente, mientras que los otros dos quedan en suspenso por temor a las represalias que podrían tener en caso de notificarlos legalmente. 
Las estadísticas muestran además, que seis de cada diez médicos o enfermeros que trabajan en los nosocomios del Gran La Plata, sufrieron a lo largo de los últimos cinco años algún hecho intimidatorio. Estas situaciones tienen que ver con formas de lenguaje ofensivo o amenazador, actos de acción física, llámese golpes, e inclusive el uso de armas de fuego, fierros o cuchillos. Los escenarios donde se desencadenan estas historias son las salas de urgencias y de espera. Allí se suele aglomerar mayor cantidad de gente en busca de atención. Pero también a la salida de los hospitales, acecha el peligro por los robos.Uno de los episodios más cercanos ocurrió hace unos días, cuando se tomó conocimiento que varios profesionales denunciaron que fueron atacados con armas de fuego y hasta cuchillos,  cuando abandonaban sus tareas en el hospital Español, ubicado en la zona de Barrio Norte.
Frente a la violencia imperante, una de las explicaciones que dan los profesionales es que de los 79 hospitales públicos que existen en la Provincia para atender a 8 millones de personas, 53 están muy deteriorados y algunos al borde de la demolición. La carencia de insumos, los sueldos bajos y falta de personal, generan demoras en la atención. La gente entonces se siente mal y descarga su ira con los que ponen la cara, es decir, los médicos y enfermeros. Uno de los hechos más graves ocurrió el 17 de mayo del año pasado. Fue cuando familiares de un preso asesinado en la cárcel golpearon al jefe de guardia y a otros profesional del hospital San Martín.
LAS CAUSAS DEL EXODO 
 Desde la CICOP, el gremio que agrupa a los profesionales de la salud, están convencidos que la violencia va en aumento y provoca el éxodo de profesionales. Alertan que por los bajos salarios que paga el Estado, a las autoridades les es difícil conseguir personal para completar las plantillas. Si bien es cierto que se han tomado medidas de seguridad como la instalación de cámaras, rejas, vigilancia extra, botones antipánico y refuerzo de puertas, las amenazas y los insultos no ceden. También se encuentra en estudio la creación de una Policía Sanitaria. Existe además una Mesa de Seguridad convocada por el Ministerio de Salud que realiza reuniones semanales, pero aún no se han adoptado medidas concretas. 
Fernando Corsiglia, titular de la CICOP lleva una pormenorizada cuenta sobre el éxodo de profesionales. Allí se da cuenta que en los últimos seis años en el Fiorito de Avellaneda renunciaron diez médicos de guardia. En el Presidente Perón del mismo distrito, este año se fueron cinco profesionales y quedaron cargos vacantes en las residencias. En el Oñativia de Almirante Brown se fue la jefa de internación de Neonatología y una becaria que hacía guardia los fines de semana. Uno de los casos más dramáticos ocurre en el Cordero de San Fernando. Allí se encuentran sin servicio de pediatría porque se fue la jefa y una residente. En el Estévez de Lomas de Zamora emigraron el año pasado cuatro psiquiatras y dos trabajadores sociales, vacantes que aún no se pudieron cubrir. En el Bocalandro de Tres de Febrero, con la deserción de cinco pediatras no hay servicio los fines de semana y este año no se cubrieron los cupos de residencia en Clínica. En el Grierson de Guernica renunciaron tres médicos. En el Cestino de Ensenada, buscaron nuevo destino tres becarios, uno de pediatría y dos de Clínica, además de una médica de guardia. En el San Martín de La Plata este año hubo cinco deserciones, tres residentes, una médica clínica y un psiquiatra. Uno de  los médicos de ese nosocomio se cubre relatando el caso testigo de un joven que se accidentó con una moto."El padre se la había regalado y el pibe tuvo un accidente gravísimo que lo llevó a terapia. El hombre recuerdo que pateaba la puerta y exclamaba a los gritos que sino salvávamos a su hijo, nos mataba a todos. Así no se puede seguir", señaló.
UN PROGRAMA QUE NO LOGRA SEDUCIR
Frente a este cuadro de situación y para cubrir los baches, la Provincia anunció un programa para seducir a  jóvenes profesionales. "Quiero ser residente", se denomina el plan que contempla beneficios extra para los que se anoten a las prácticas en ciudades pequeñas del interior. Casa, comida y hasta pases para los clubes deportivos, son algunas de las atracciones con que las autoridades buscan cubrir más de 1.500 puestos de capacitación en especializaciones que se realizan  en los centros asistencias bonaerenses.
 No obstante, el señuelo no ha dado los resultados esperados. Las condiciones laborales y el sueldo inicial conspiran contra la vocación sanitarista. Los médicos arguyen: "poca plata para tanto trabajo y encima, el alto riesgo". La violencia que sufren los profesionales de la salud es habitual, fundamentalmente en las guardias hospitalarias y en las ambulancias. Desde la Asociación de Médicos Municipales de la Ciudad de Buenos Aires califican al fenómeno de "vulnerabilidad alarmante". Por eso proponen incorporar al Código Penal un delito: ataques a espacios públicos y privados para la atención de la salud. La iniciativa también persigue que la agresión sea un agravante del delito de lesiones, como ocurre con los policías.
 El Colegio de Médicos de La Plata asegura que para para contener la violencia en las guardias "ante todo hace falta mejorar las condiciones de quienes trabajan en ellas, pero también adoptar medidas de fondo para que los ataques contra los médicos no queden impunes, como ocurre actualmente". En esa dirección señalaron que necesitan que se apruebe un proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados para modificar el Código Procesal Penal a fin de que los profesionales que se desempeñan en los hospitales sean considerados servidores públicos y como tales, las agresiones contra ellos no sean excarcelables.
Desde la Agremiación Médica Platense se focaliza el problema en "la gran desorganización y las deficiencias que existen en las guardias y la gran impunidad para los agresores. Sin una ley que respalde a la policía para que empiece a detener a los agresores, va a ser muy difícil frenar este flagelo".
A LOS TIROS EN UN QUIROFANO
En el Ministerio de Salud bonaerense están preocupados. Las alarmas volvieron a dispararse recientemente tras el violento episodio que terminó a los tiros dentro del quirófano del Hospital de Pergamino. El hecho fue aprovechado por el Frente Renovador. Desde allí salieron a denunciar el “estado de abandono y desprotección” por parte del ministerio y adelantaron que presentarán un proyecto para que quede detenida aquella persona que ingresa con un arma a cualquier centro médico.
La diputada María del Huerto Ratto salió con los tapones de punta contra la cartera sanitaria que conduce Zulma Ortiz y aseguró que este año sólo se destinaron 5,5 millones de pesos para ese hospital. “Es solo testimonial y hasta vergonzoso el presupuesto que le adjudicaron. Tengamos en cuenta que es un Hospital Regional al que se concurre no sólo de Pergamino sino de varios municipios cercanos. Ni siquiera alcanza para la pintura”, se quejó la legisladora pergaminense.
NUMEROS QUE AVERGUENZAN
La ONG Defendamos Buenos Aires, que comanda el abogado Javier Miglino afirma que "la violencia que padecen los trabajadores de la salud tanto en los hospitales porteños como en los del conurbano, es un problema que viene desde hace 5 años y ha crecido un 20% en el 2015. Los datos surgen de encuestas a trabajadores de los hospitales bonaerenses. Comprenden al Gandulfo, de Lomas de Zamora, Isidoro Iriarte de Quilmes, Mi pueblo de Florencio Varela, Paroissien de La Matanza, Central de San Isidro, y Thopson  de San Martín. También incluye a los trabajadores de los hospitales Zubizarreta, de Villa Devoto, Pirovano de Colegiales, Fernández de Palermo, Santojanni de Mataderos, Penna de Pompeya y Piñero de Flores, todos en la capital federal. 
El abogado Javier Miglino sostuvo que hasta junio del año pasado se registraron 330 ataques en Provincia y 306 en Capital, a un promedio de casi un ataque por día en cada jurisdicción, mientras que en los 365 días que van de junio del 2015 a junio del 2016, se pasó a 396 agresiones en Provincia y 372 en la Ciudad de Buenos Aires, con un aumento de poco más del 20% y unos 16 hechos violentos semanales. Según Miglino, tienen que ver con palizas, ataques con objetos contundentes, como palos y fierros, armas blancas y otros elementos contundentes. Entre los agresores se señala a los familiares de delincuentes que llegan heridos a los hospitales, generalmente golpeados o baleados. También los propios internados y los adictos a las drogas ponen en riesgo la integridad de los trabajadores. Por lo que se ve, salvar vidas tiene un precio demasiado caro. Paradójicamente, hoy los profesionales de la salud aguardan con miedo en la sala de espera la llegada de los delincuentes.

No hay comentarios: